Disartrias:
Las
disartrias son todos aquellos trastornos motores del habla de origen neuronal,
producidos por daño en el sistema nervioso central, en consecuencia encontramos
trastornos en la tonalidad y los movimientos de los músculos articulatorios, es
decir, que los músculos de la boca, la cara, y todo el sistema respiratorio,
puede verse debilitado, moverse con lentitud o estar completamente paralizado,
producto de un derrame facial o derrame cerebral. Podemos identificar las
disartrias tomando en cuenta que es un trastorno de la programación del habla,
el tipo y la intensidad de la disartria se verá intensificado según el área que
se vea afectada y la magnitud de esta afectación, ya sea leve, prolongada o
permanente.
(Dr. Luís Álvarez Lami,
Dra. Ana Cecilia Bermúdez Mendoza, 2008, Logopedia y Foniatría, Disartrias,
pag. 3,4.)
“De todo se desprende que la sintomatología del enfermo es muy amplia. Dos enfermos disártricos pueden no parecerse porque sus manifestaciones clínicas logo foniátricas están en dependencia de la enfermedad de base, del nivel del sistema nervioso o muscular afectado y del compromiso mayor o menor de las estructuras involucradas. Las disartrias pueden ser leves, moderadas o severas”.
Trastornos de la voz y la resonancia:
La
voz se produce por tres funciones principales del sistema de presión de aire,
el cual proviene de los pulmones y es el encargado de hacer vibrar a las
cuerdas vocales para realizar la producción de los sonidos, de esta frecuencia
dada por el sistema de3 presión dependerá el correcto funcionamiento del sistema de vibración y el sistema de
resonancia, que dependiendo de la intensidad y la duración de producción de
estos sistemas, determinará la tonalidad
de la voz. Por definición podemos discernir que los trastornos de la voz están
directamente relacionados con el tono de la voz, volumen o sonido de la caja de
voz, llamada laringe, también encontramos la caja torácica, y estructuras
adyacentes.
Trastornos del Ritmo y la Fluidez:
El ritmo está determinado por las
pausas y los silencios al momento de realizar el discurso, ya que sin estos no
se podría asimilar de la manera adecuada que se busca del oyente, al momento de
la transmisión del mensaje. El ritmo encierra la proporción y armonía en la
distribución de sonidos, acentos y pausas. En cuanto a fluidez, podemos afirmar
que es la velocidad con la que se dicen las palabras; una fluidez normal consta
de 90 palabras por min, en conclusión el ritmo y la fluidez son indispensable
para lograr un buen desarrollo verbal en nuestro discurso, conversación,
exposición, etc.